Bruxismo, es un trastorno inconsciente constante, que se conoce como rechinar o apretar los dientes. Es el trastorno más relacionado con el sueño, es difícil de controlar y este se puede producir durante el día o por la noche.
Identificar qué tipo de bruxismo sufre cada paciente es importante, ya que en función de cuando se produce se debe realizar un plan de tratamiento específico para cada una.
Tienes alguno de los síntomas anteriores, pide tu hora con un especialista.
Encontramos varias causas posibles, siendo la principal, el stress y la ansiedad laboral o emocional. Otra causa es un mal funcionamiento en la articulación de la mandíbula derecha, de la izquierda o ambas, esto puede deberse a una mala mordida o malos contactos entre dientes. Influyen malos hábitos como masticar goma de mascar por un sólo lado, masticar lápices y onicofagia.
Lo que ocurre, especialmente en la noche, es una gran actividad muscular que tienden a posicionar la articulación, lo que se traduce en apretar y friccionar los dientes entre sí. A veces esta fricción genera suficiente ruido para ser percibido por quienes están en el mismo dormitorio.
Mejorar la mordida, ya sea con tratamiento de ortodoncia o desgastando selectivamente aquellas cúspides dentarias que hacen un mal contacto con los dientes antagonistas y que fuerzan la mandíbula a una mala posición al morder.
Es importante también eliminar los malos hábitos y manejar el stress, ya sea con yoga o actividades deportivas.
Manejo del estrés: Cualquier estrategia que cause la relajación será ventajosa, ya hacer ejercicio, leer, escuchar música. Si el estrés es muy fuerte o hay ciertos problemas emocionales, se recomienda conseguir ayuda profesional para lograr un mejor manejo.
Planos oclusales: Son placas de acrílico (placas bruxismo) que cubren todas las superficies oclusales de los dientes a la vez, hay varios diseños dependiendo el diagnóstico y el plan de tratamiento a seguir.
Generalmente, están diseñados para proteger los dientes de mayores desgastes. Estas placas de acrílico reducen el daño por apretar los dientes durante la noche y generan descanso a los músculos. En casos más extremos, también se recomienda utilizar durante el día.
Calor local: Este tratamiento es muy efectivo para los músculos afectados y adoloridos. El calor local promueve el flujo sanguíneo hacia el músculo y a la vez, ayuda a sanar y relajar los músculos.
Medicamentos: Los medicamentos no son muy efectivos para tratar el bruxismo ya que son una terapia que no van a la causa directamente, depende del caso se puede recetar relajantes musculares, analgésicos o ambos combinados (siempre recetado por un especialista).
Botox: La aplicación de Botox en los músculos masticadores ha probado ser una herramienta para ayudar a combatir las secuelas y alteraciones del bruxismo.
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