La sonrisa es la mejor carta de presentación de una persona y nadie duda que una sonrisa blanca y radiante te abre las puertas.
Para mejorar el aspecto de tu sonrisa, una de las alternativas que más auge ha tomado en los últimos años es el blanqueamiento dental, acá te resolvemos las dudas más frecuentes con respecto a este procedimiento:
El esmalte durante los procedimientos de blanqueamiento dental permanece intacto, el único efecto adverso que puede generar el blanqueamiento dental, es cierta sensibilidad post tratamiento que no debe durar más allá de 2-3 días una vez finalizado el procedimiento.
Las técnicas más utilizadas para blanqueamiento dental son el llamado blanqueamiento convencional, donde se confeccionan unas férulas a medida del paciente que este debe ocupar en la noche con el gel blanqueador que se proporciona en una pequeña jeringa.
Por otro lado tenemos el blanqueamiento dental zoom o con arco de plasma que se realiza en la consulta en 2 o 3 sesiones de 30 minutos, donde se aplica el gel blanqueador y se activa con una luz led.
En general no es doloroso, pero en algunas ocasiones puede generar sensibilidad en algunos dientes, una sensación que va desapareciendo en las 72 horas posteriores al tratamiento. Esos tres días posteriores son importantes para lograr un mejor resultado, y por eso en esas 72 horas hay que tener especial cuidado con la higiene y se recomienda seguir una dieta 'blanca', es decir, que evite aquellos alimentos que provoquen tinción. Además, se debe evitar el tabaco, pues las personas que fuman tienen muchas más posibilidades de que sus dientes se oscurezcan. La nicotina va dejando una serie de depósitos en los dientes, que hacen que este se oscurezca. Por este motivo, son muchos los fumadores los que acuden a un tratamiento de blanqueamiento dental.
En cualquier persona que tenga la boca sana, es decir, sin caries y que no tenga sensibilidad dental, porque el tratamiento la puede incrementar.
Además es importante decir que el blanqueamiento dental no blanquea dientes artificiales y que las obturaciones presentes tampoco van a cambiar de color, por lo que es fundamental realizar un buen diagnóstico.
No, los mejores resultados se obtienen en los dientes que, con el paso de los años, amarillean o que tienen ese tono natural. En tinciones más intensas (tonos anaranjados o grises), se puede conseguir aclarar el diente, aunque depende de la tonalidad y ha de ser valorado por el especialista, porque en los casos más severos no siempre se consiguen resultados tan satisfactorios. Las manchas provocadas por las tetraciclinas, un medicamento, dan un tono grisáceo al diente que no se puede blanquear. En ese caso habría que recurrir a otras opciones, como carillas, fundas o coronas.
Vino tinto, té, café, bebidas azucaradas oscuras, frutillas, frambuesa, salsa soya... y, por supuesto, el tabaco.
Falso, el blanqueamiento dental es una técnica estética y en ningún caso sustituye a una limpieza. La limpieza dental mantiene sanas las encías al eliminar bacterias, refuerza el esmalte y protege a los dientes.
Todos queremos tener una sonrisa blanca y radiante pero cuando el “blanco” del diente se transforma en obsesión, es cuando viene el problema. Es lo que se ha llamado 'blancorexia' y que consiste en alcanzar un tono de diente muy blanco. No todos los colores de dientes son iguales y todo depende del esmalte que tenga cada persona. La obsesión por ese “blanco perfecto” puede traer consigo una serie de problemas en la salud dental